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LOS FUNDAMENTOS MODERNOS DEL GOLF

La colocación inicial y la postura.

Muchos golfista cometen un gran error al pensar en la colocación como esa parte preparatoria del swing en la que el jugador meramente se alinea con el objetivo hacia el que va a disparar. Uno de los propósitos de la colocación es establecer la dirección del golpe, pero tiene también otras funciones que son mucho más importantes. Potencia y control deben ser combinados en un buen swing de golf y la colocación es ese paso en el que un golfista se sitúa a sí mismo, de modo que:

  1. Su cuerpo estará en equilibrio durante el swing.
  2. Sus músculos están preparados para actuar fluidamente y
  3. Como resultado lógico, toda la energía que desprende en su swing será canalizada para producir el control y la potencia máxima.

Cuando ves a un buen jugador realizando pequeños movimientos con los pies, las rodillas o los hombros mientras se preparar en la colocación, no lo confundas con pequeños gestos de nerviosismo. Tampoco son movimientos lo que precede a la llegada a una posición fija y estática. Lo que está intentando hacer es sentir que todo lo que intentará hacer en su swing está en equilibrio y preparado para la acción.

Cuando un golfista se acerca a la pelota para dar un golpe, ya tiene las manos colocadas en el palo y, desde el momento en el que lo coge de su bolsa, debe sentir su peso. Primero alinea la cara de su palo con el objetivo. Entonces, alineándose él mismo con la cara del palo, se coloca en posición para el golpe que ha de dar. El ajuste de los pies, las piernas, el cuerpo , los brazos y las manos se hace simultánea e interdependientemente. Sin embargo, con el propósito de instruir, los trataremos uno a uno por separado, y empezaremos con los pies.

Para comenzar, ¿cuánto deben estar alejados los pies entre si? La regla más sólida, ya se aplica a personas de casi todas las constituciones, es que los pies deben separarse la anchura de los hombros cuando juegas con un hierro cinco. Los pies se acercarán algo más si juegas con palos más cortos y se alejarán algo más que la anchura de los hombros si juegas con los hierros largos y las maderas. Separar los pies demasiado es contraproducente, al extender demasiado las piernas, quizás las bloquees a la altura de las articulaciones que deberían permanecer flexibles. Sin embargo, queremos insistir en que la mayoría de los golfistas colocan las piernas demasiado juntas. Recomendamos una colocación holgada  porque proporciona una base más firme para tracción y el equilibrio y permite que los hombros estén sueltos y que actúen más libremente de lo que una colocación más estrecha permitiría.

Colocación básica correcta de los pies: el pie derecho está en ángulo recto a la línea de vuelo y el pie izquierdo debe girarse  un cuarto a la izquierda. El término un cuarto de giro quizá sea confuso; lo que quiero decir es que colocar tu pie izquierdo para que los dedos del pie apunten justamente al objetivo significaría un giro de 90 grados desde la posición perpendicular a la línea de vuelo. En otras palabras, un cuarto de giro significa un cuarto de ese ángulo de 90 grados o unos 22 grados a la izquierda de la perpendicular.

Cuando un jugador emplea esta colocación, su cuerpo estará en una mejor posición cuando el palo se acerque a la pelota en la bajada del swing para ir en la dirección que su pie izquierdo indica. En realidad, puedes decir sólo con mirar la colocación de un buen jugador a dónde está apuntando para su golpe. La mayoría de profesionales inclinan un poco sus cuerpos hacia el objetivo en su postura. En cambio, un golfista que se coloca con ambos pies mirando hacia fuera hace que te preguntes ¿es diestro o zurdo?

Ceñirse a la colocación básica consigue varias cosas importantes. Primero, hace que sea mucho más fácil para el golfista, cuando realiza la subida del swing, sentir y controlar los músculos que deberían iniciar el swing. Segundo, la colocación correcta actúa como un perfecto gobernador automático del grado de giro de la cadera que el jugador puede realizar (y debería realizar) en la subida del swing. Permite a las caderas rotar tanto como sea aconsejable,  pero evitan que giren demasiado. Ahora, si el jugador se coloca con los pies rectos (perpendiculares) y sin girar como deberían, cuando las caderas roten (empiezan a hacerlo en un punto que tira hacia la derecha y hacia atrás), lo harán más allá del punto máximo deseable. Si el pie derecho de un jugador está girado en lugar de estar recto, también esto provoca que sus caderas giren más allá de lo aconsejable.

Aquí hay algunos puntos de control que has de utilizar cuando practiques tu giro de cadera: cuando  empieces desde  la colocación básica correcta y completes un giro de cadera entero, la hebilla de tu cinturón debe apuntar hacia el dedo gordo de tu pie derecho recto. Sin embargo, si empiezas con las colocaciones erróneas que hemos descrito antes, el giro de tu cadera te llevará pasado el punto de control y la hebilla de tu cinturón apuntará hacia casi la dirección contraria a tu objetivo.

Tercero, la colocación también afecta a la bajada del swing, y mucho. Por colocarse con el pie derecho girado, por ejemplo, un jugador se complica mucho para llevar el palo rápidamente hacia la pelota y darle. Ha obstruido su propio pasaje adelante. Debe tomar un desvío para salir y rodear con su cadera derecha para pasar. También se complica la vida de un modo distinto si permanece con el pie izquierdo recto sin girarlo  ese cuarto de giro vital. Sé que, si estoy con el pie izquierdo recto, mi pierna izquierda y mi cuerpo entero se sienten incómodamente limitados cuando golpeo la pelota. En lugar en que todo se mueva con cohesión y libertad hacia mi objetivo, todo rechina bajo tensión. Si tienes el pie izquierdo correctamente situado, en cambio, puedes acercarte a la pelota con todo lo que has obtenido. Puedes liberar todo el trabajo. No hay ni una gota de energía que no alcance la pelota.

El hecho que un detalle aparentemente insignificante, como es la posición del pie izquierdo, afecte a tu swing entero para bien o para mal es una parte intrínseca del golf. La explicación es, naturalmente, anatómica, aunque esto no significa que vayamos a seguir tratando este aspecto con mayor profundidad. En cualquier evento ciertos músculos del cuerpo conectan con ciertos otros músculos. Cuando utilizas un músculo en cierta cadena, también activas los otros que están conectados con él. Hay algunos músculos que deberían estar activos en el swing de golf y hay otros que no tienen nada que ver con él. Por ejemplo cuando un golfista gira demasiado su cadera en la subida, como no puede moverse hacia delante por sus propios medios (usando la misma cadera), tiene que acudir a fuentes incorrectas de potencia, como su hombro derecho, para que su tiro adquiera fuerza. Cuando aporta a su swing estas fuerzas incorrectas su coordinación se rompe , porque al utilizar los músculos erróneos está reduciendo el funcionamiento correcto de los músculos que necesita en realidad. Por eso es tan importante desarrollar los hábitos correctos, la memoria de los músculos adecuados.

 

En el próximo artículo hablaremos de los brazos. Que tengáis un buen juego y no paséis calor!!!!

 

María Carrasco y Xavi Costa

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